Historia
La Hermandad de la Sentencia llenó el vacío del Lunes Santo en Córdoba al fundarse en 1945, gracias a la iniciativa de un grupo de feligreses de la parroquia de San Nicolás de la Villa, liderados por el párroco D. Paulino Seco de Herrera. Con el apoyo del obispo Fray Albino González Menéndez-Reigada, la hermandad se constituyó bajo el título de Nuestro Padre Jesús ante Pilato. Su primera junta de gobierno fue presidida por D. Rafael Mir de las Heras, quien también impulsó la creación de la imagen titular, encargada al imaginero Juan Martínez Cerrillo en 1944.
La hermandad realizó su primera Estación de Penitencia en 1945 con las imágenes de Nuestro Padre Jesús ante Pilato y Pilato, ambas obras de Cerrillo. En 1946, adoptó su actual denominación, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, y completó su paso de misterio con figuras secundarias como sayones y romanos. Durante estos años, la hermandad destacó por su labor social, ofreciendo asistencia legal gratuita a los presos de la Prisión Provincial de Córdoba.
En 1976, se incorporó la imagen de María Santísima de Gracia y Amparo, bendecida por el vicario general Alonso García Molano. Aunque inicialmente procesionó con orfebrería prestada, en 1984 estrenó su propio paso. La hermandad continuó creciendo, renovando su patrimonio y mejorando su cortejo procesional.
Bajo el mandato de D. José Antonio Salamanca González (1987), la hermandad experimentó un gran impulso. Se encargó un nuevo paso para el Señor, realizado en estilo rococó por Guzmán Bejarano, y se renovaron las figuras secundarias con obras de Miguel Ángel González Jurado. En 1996, el Señor fue restaurado, tallándose un nuevo cuerpo. Además, se completó el bordado del palio de la Virgen, obra de Francisco Pérez Artés, en 2007.
En 1991, la hermandad incorporó al Santísimo Sacramento, Ntra. Sra. de la Alegría y San Nicolás de Bari en su título, recuperando la advocación de la extinguida hermandad de la Ermita de la Alegría. En 1999, se encargó una nueva imagen de la Virgen de la Alegría a Miguel Ángel González Jurado, conservando el primitivo Niño Jesús.
Hoy, la Hermandad de la Sentencia es una de las cofradías más destacadas de Córdoba, con un impresionante patrimonio artístico y un cortejo procesional que refleja su rica historia y devoción. Su labor social y su compromiso con la tradición la han consolidado como un referente en la Semana Santa cordobesa.
Sagrados Titulares
La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia es una destacada obra del imaginero Juan Martínez Cerrillo, realizada en 1944 por encargo de la Hermandad de la Sentencia de Córdoba. Fue bendecida en diciembre de ese mismo año por el Deán de la Catedral, Francisco Blanco Nájera, y realizó su primera Estación de Penitencia el Lunes Santo de 1945 desde la Parroquia de San Nicolás de la Villa. La imagen representa el pasaje evangélico de San Mateo 26,11-26, donde Jesús es condenado por Pilato ante el Sanedrín y Barrabás es liberado. El Señor aparece descalzo y maniatado, con las manos atadas frente a él, en una postura serena y de mansedumbre. Su rostro, de facciones dulces, muestra una mirada penetrante hacia el frente, intensificada por el brillo de los ojos de cristal. La boca entreabierta sugiere que está a punto de hablar, mientras su cabello ligeramente ondulado deja visible parte de la oreja derecha. Esta imagen, que combina serenidad y expresividad, es un símbolo de la devoción y el arte de la Semana Santa de Córdoba, consolidándose como una de las representaciones más queridas y veneradas de la ciudad.
La imagen de María Santísima de Gracia y Amparo es una obra anónima del siglo XVIII, originaria del antiguo Convento de la Victoria, donde recibía culto bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios. Posteriormente, en los años 50, aparece en los inventarios de la Parroquia de San Nicolás como Nuestra Señora de los Dolores, hasta que en 1976 fue bendecida con su actual advocación. En ese mismo año, la imagen fue restaurada por Rafael Ortí Meléndez-Valdés, quien repuso la policromía y talló una nueva mano izquierda a semejanza de la que se cree era la original. En 2004, se realizó una intervención más profunda a cargo de Miguel Ángel González Jurado, durante la cual se descubrió un pergamino de 1771 en el interior de la mascarilla, que reveló una restauración previa realizada por Luis Joseph Gómez. Este hallazgo, junto con las similitudes estilísticas, sugiere que la imagen perteneció al círculo del imaginero Gómez de Sandoval. Durante esta restauración, se recuperó la mano original de la Virgen y se talló una nueva mano derecha, se repararon daños estructurales en el cuello y se restauró la posición e inclinación original de la cabeza. En 2014, se llevó a cabo una intervención menor para mejorar la sujeción de los brazos, reintegrar la policromía en el cuello y ajustar la posición de la corona. La imagen, de 165 cm de altura, está tallada en madera de cedro y tiene policromados el rostro y las manos. Su cabeza, en posición frontal, está ligeramente inclinada hacia abajo y girada a la derecha. Las cejas, rectas y levemente arqueadas, están marcadamente fruncidas en el entrecejo. Los ojos, de cristal soplado del siglo XVIII y de color castaño, tienen una mirada baja, con pestañas postizas en el párpado superior y pintadas en el inferior. La nariz es recta, y la boca, entreabierta, muestra dientes tallados en marfil y una lengua policromada. Tres lágrimas de cristal surcan su rostro: dos en la mejilla izquierda y una en la derecha. Las manos, extendidas, conservan el antiguo rasgo del pulgar girado, aportando un detalle único a esta imagen de profunda expresión de dolor y serena belleza. María Santísima de Gracia y Amparo es, sin duda, una de las imágenes más emblemáticas y queridas de la Semana Santa de Córdoba, reflejando siglos de devoción y arte.
La imagen de Nuestra Señora de la Alegría es una obra del imaginero Miguel Ángel González, realizada en 1999 para sustituir a una talla primitiva del siglo XVII que, debido a su deterioro, no pudo ser restaurada. Sin embargo, se conservó el Niño Jesús original, que data del siglo XVII y que la Virgen sostiene en sus brazos. La imagen fue bendecida ese mismo año bajo su actual advocación.
En 2006, la Virgen fue sometida a una intervención menor, en la que se realizó una nueva policromía y se mejoró el sistema de sujeción del Niño Jesús. La imagen, de 155 cm de altura, está tallada en madera de cedro y tiene policromados el rostro y las manos. Su cabeza, en posición frontal, muestra cejas arqueadas hacia las sienes y ojos pintados de color castaño, con una mirada baja. Las pestañas son postizas en el párpado superior y pintadas en el inferior. La nariz es recta, y la boca, entreabierta, aporta una expresión serena. La mano derecha está ligeramente cerrada para sostener el cetro, mientras que la izquierda se extiende para sujetar al Niño Jesús.
El Niño Jesús, una imagen completa del siglo XVII, tiene una cabeza en posición frontal, cejas arqueadas y ojos de cristal de color castaño. Su tímida sonrisa deja ver los dientes tallados y policromados, añadiendo un toque de dulzura a la composición. Entre las preseas de la Virgen destacan la corona y el cetro, de autor anónimo y datados del siglo XVIII, así como otra corona antigua para uso en capilla. El Niño Jesús también cuenta con una corona, un orbe y zapatos, obras del mismo autor que las preseas de la Virgen.
Nuestra Señora de la Alegría es una imagen que combina la tradición histórica con el arte contemporáneo, manteniendo viva una devoción centenaria en Córdoba. Su serena belleza y la presencia del Niño Jesús del siglo XVII la convierten en una de las representaciones marianas más queridas y veneradas de la ciudad.
Sede Canónica
La Parroquia de San Nicolás de la Villa, una de las más antiguas de Córdoba, tiene sus orígenes en la época de la Reconquista, aunque su historia antigua no está del todo clara. Se cree que fue erigida por el rey Fernando III, posiblemente sobre los restos de una mezquita o edificios romanos. A lo largo de los siglos, ha sufrido numerosas reformas que han alterado su estructura original, aunque conserva elementos destacados como su torre, construida en 1496, una joya arquitectónica del siglo XV con inscripciones en caracteres cúficos que relatan su historia. La torre, de base cuadrada y cuerpo octogonal, es uno de los símbolos más reconocibles de la parroquia.
En su interior, la iglesia ha perdido gran parte de su arquitectura primitiva debido a las constantes remodelaciones. Destacan la capilla del Bautismo, construida en 1554, donde según la tradición fueron bautizados personajes ilustres como el Gran Capitán, y el retablo mayor, de estilo barroco, que sustituyó a uno anterior del siglo XVI. La parroquia también alberga un panteón subterráneo construido en el siglo XVIII, con 180 nichos, que refleja la riqueza de la fábrica parroquial en aquella época.
La Ermita de Nuestra Señora de la Alegría, vinculada históricamente a la parroquia, tiene sus raíces en la antigua cofradía de Nuestra Señora de las Huertas y Rocamador, que data del siglo XIV. Tras la fundación del convento de los Mínimos en 1510, la cofradía se trasladó al interior de la ciudad y adoptó la advocación de Nuestra Señora de la Alegría en el siglo XVII, tras el hallazgo milagroso de una imagen pintada en una pared. La ermita, de pequeñas dimensiones pero de gran valor artístico, cuenta con una cúpula elíptica decorada con pinturas de profetas y un retablo mayor del siglo XVIII.
En los años 60, la ermita cerró al culto debido a su deterioro, pero gracias a los esfuerzos del párroco Monseñor Antonio Evans Martos y la hermandad, fue restaurada y reabierta en 2006. Desde entonces, se ha convertido en un espacio vital para la cofradía, albergando cultos, actividades y enseres, y manteniendo viva la devoción a Nuestra Señora de la Alegría.
Ambos templos, la Parroquia de San Nicolás de la Villa y la Ermita de Nuestra Señora de la Alegría, son testigos de la rica historia religiosa y artística de Córdoba, conservando tradiciones centenarias y un legado devocional que sigue vivo en la actualidad.