Historia
La Hermandad Salesiana y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús, Divino Salvador, en su Prendimiento, Nuestra Señora de la Piedad y San Juan Bosco fue fundada el 7 de octubre de 1952 por antiguos alumnos del Colegio Salesiano de Córdoba, con el apoyo del director, el padre José Ruiz Olmos. Realizó su primera estación de penitencia en 1954 con un misterio del Prendimiento, obra de Antonio Castillo Ariza, que incluía una figura ecuestre que le valió el apodo de "el paso del caballo". En 1959, se incorporó la imagen de Nuestra Señora de la Piedad, tallada por Juan Martínez Cerrillo, que procesionó bajo un palio adquirido a la Hermandad de las Angustias.
En 1990, debido al deterioro de la imagen original, se encargó una nueva talla de Jesús del Prendimiento al imaginero Antonio Dubé de Luque, conservándose las cenizas de la antigua imagen en su interior. La Virgen de la Piedad también fue restaurada en varias ocasiones, destacando la intervención de Miguel Ángel González Jurado. En 2001, se reformaron las reglas, añadiendo a San Juan Bosco como cotitular y adoptando el título actual.
En 2014, la hermandad inició una renovación artística inspirada en el Rococó afrancesado, aprobando nuevos proyectos para el paso de misterio y el palio de la Virgen. También se modificó el hábito nazareno, incorporando una túnica blanca y capa azul. Entre sus enseres más destacados se encuentra un traje de torero de Manolete, donado por su madre y expuesto en la casa de hermandad.
Con más de 70 años de historia, la hermandad sigue siendo un referente en la Semana Santa de Córdoba, destacando por su espíritu salesiano, su rico patrimonio y su compromiso con la tradición cofrade
Sagrados Titulares
La imagen de Nuestro Padre Jesús, obra de Antonio Dubé de Luque (1990), representa el momento del Prendimiento en el Huerto de los Olivos. Guarda en su interior restos de la primitiva talla de Antonio Castillo Ariza (1952). El paso de misterio, con figuras de Antonio Bernal (1998-2008), muestra a Jesús rodeado de apóstoles, soldados y Judas Iscariote, en una escena llena de dramatismo y expresividad.
Nuestra Señora de la Piedad, tallada por Juan Martínez Cerrillo (1957-1958), es una dolorosa de gran belleza y dulzura. Ha sido restaurada en varias ocasiones, destacando las intervenciones de Miguel Ángel González Jurado (1993) y José Luis Ojeda Navío (2006). Procesiona bajo un palio de estilo rococó, con bordados y orfebrería que realzan su devoción.
San Juan Bosco, fundador de la Congregación Salesiana, es representado en una talla de madera de cedro realizada por Edwin González Solís (2016). Su figura, inspiradora de la hermandad, simboliza el compromiso con la educación y la juventud, siendo declarado "Padre y Maestro de la Juventud" por Juan Pablo II.
Estas imágenes, junto con su rico patrimonio y su espíritu salesiano, hacen de esta hermandad un referente en la Semana Santa de Córdoba, destacando por su devoción, arte y compromiso con la tradición cofrade.
Sede Canónica
El Santuario de María Auxiliadora de Córdoba, inaugurado el 24 de septiembre de 1918, es el primer templo en Andalucía dedicado a la Virgen bajo esta advocación. Declarado Santuario Diocesano en 2007, destaca por su arquitectura ecléctica, con elementos neobarrocos y andaluces, como su fachada albero y su espadaña. El interior, de una sola nave, cuenta con un vistoso artesonado neo-mudéjar y un presbiterio de estilo ecléctico, donde se encuentra la imagen de María Auxiliadora, tallada en madera y restaurada en varias ocasiones, la última entre 2021 y 2022.
El santuario alberga también las imágenes de Nuestro Padre Jesús Divino Salvador y Nuestra Señora de la Piedad, titulares de la Hermandad Salesiana, así como las de San Juan Bosco y Santo Domingo Savio. Las vidrieras, realizadas en Barcelona, ofrecen una catequesis visual con escenas marianas y salesianas, destacando la representación de la Última Cena en la sacristía.
La imagen de María Auxiliadora, bendecida en 1908 y coronada pontificiamente en 2009, es el corazón espiritual del santuario, testigo de la devoción de generaciones de cordobeses. Este templo, además de ser un lugar de culto, es un símbolo de la presencia salesiana en Córdoba y un referente de fe y tradición