Hermanad de la Paz

Historia

Fundada en 1939 en el barrio de San Lorenzo, la Hermandad de la Paz y Esperanza nació gracias a un grupo de jóvenes cofrades, muchos de ellos excombatientes de la Guerra Civil, quienes se unieron en torno a la devoción por el Señor de la Humildad y Paciencia, una talla anónima del siglo XVII que se veneraba en la antigua Ermita de San Juan de Letrán. Inspirados por los valores de paz y esperanza, decidieron crear una nueva cofradía, encargando al imaginero Juan Martínez Cerrillo la talla de María Santísima de la Paz y Esperanza, bendecida el 8 de septiembre de 1939 en la Iglesia de San Andrés.

Tras algunas desavenencias, la hermandad encontró su sede definitiva en el Convento del Santo Ángel (Plaza de Capuchinos) en 1940. Sin poder contar con la imagen original del Señor de la Humildad, Martínez Cerrillo talló una nueva imagen en 1943, que fue bendecida el 24 de enero de ese año. La hermandad realizó su primera Estación de Penitencia en 1943, incorporando al Señor de la Humildad en 1945.

A lo largo de las décadas, la hermandad ha enriquecido su patrimonio con la colaboración de artistas como Fray Ricardo de Córdoba y ha celebrado importantes efemérides, como el 50º Aniversario en 1989-1990 y los 75º Aniversarios de las imágenes de la Virgen (2014) y el Señor (2018), culminando con Salidas Extraordinarias desde la Mezquita-Catedral.

El 15 de octubre de 2022, la hermandad alcanzó un hito histórico con la coronación canónica de María Santísima de la Paz y Esperanza en la Catedral de Córdoba, presidida por el obispo Demetrio Fernández.

Hoy, la Hermandad de la Paz y Esperanza es una de las cofradías más destacadas de la Semana Santa cordobesa, con un extenso cortejo nazareno y un profundo arraigo en el barrio de San Lorenzo.

 

Sagrados Titulares

Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia:
Tallada en 1943 por Juan Martínez Cerrillo, esta imagen representa a Jesús en el momento de ser despojado de sus vestiduras antes de la crucifixión. Procesiona en un impresionante paso de misterio, realizado en 1997 por Antonio Bernal Redondo, que recrea el pasaje evangélico con figuras como un soldado romano, un sanedrita, Simón de Cirene, los ladrones Dimas y Gestas, y un tribuno a caballo. Este paso, de grandes dimensiones y portado por 50 costaleros, es uno de los más espectaculares de la Semana Santa cordobesa.

 

 

María Santísima de la Paz y Esperanza:
Obra también de Juan Martínez Cerrillo en 1939, fue la primera talla que el imaginero realizó para Córdoba. Conocida como la "Reina de Capuchinos", procesiona sobre un lujoso paso de palio de estilo ochavado, estrenado en 2012. Diseñado por Jesús de Julián y bordado en oro blanco, destaca por su crestería de plata de Hermanos Zamorano y la figura de San Rafael de la Gloria tallada por Álvaro Vizcaíno. Anteriormente, la Virgen procesionó en otros pasos, siendo especialmente recordado el que la identificó como la "Paloma de Capuchinos".

 

 

Sede Canonica

Ubicada en la emblemática Plaza de Capuchinos, la Iglesia Conventual del Santo Ángel es un símbolo de espiritualidad y sencillez arquitectónica en Córdoba. Fundada en 1629 por la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, su construcción refleja la austeridad característica de la orden, con líneas sobrias y un diseño funcional centrado en la oración y la contemplación.

El templo, de estilo barroco temprano, destaca por su fachada modesta coronada por una imagen del Santo Ángel de la Guarda, tallada en 1953 por Juan Martínez Cerrillo. En su interior, de una sola nave con bóveda de cañón, resalta el retablo mayor del siglo XVIII, presidido por la imagen del Santo Ángel Custodio, y capillas laterales que albergan obras como el Cristo del Remedio de Ánimas (siglo XVII) y la Virgen de los Dolores (atribuida a José Risueño).

Desde 1940, acoge a la Hermandad de la Paz y Esperanza, cuya titular, María Santísima de la Paz y Esperanza, posee una capilla propia en el templo. Este vínculo ha convertido a la iglesia en un epicentro de la Semana Santa cordobesa, especialmente tras la coronación canónica de la Virgen en 2022.

A pesar de los avatares históricos, como la exclaustración del siglo XIX y la Guerra Civil española, el convento y su iglesia han preservado su legado religioso y artístico. Hoy, es un espacio de recogimiento y patrimonio vivo, donde conviven la devoción popular y la herencia histórica.