Hermandad de la Caridad

Historia

La Hermandad de la Santa Caridad de Córdoba, una de las más antiguas, tiene sus orígenes en el siglo XV, aunque algunos documentos sugieren que ya existía en el siglo XIV. Su labor hospitalaria y caritativa fue fundamental en la ciudad, contando con el apoyo de reyes como Enrique IVIsabel la Católica y Carlos I, quienes le otorgaron privilegios y reconocimientos. La hermandad estuvo estrechamente vinculada a la Orden Franciscana, y su actividad se centró en la atención a pobres, enfermos y cautivos.

A lo largo de los siglos, la hermandad enfrentó diversos desafíos, como la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, que llevó a la supresión de muchos hospitales y cofradías. Sin embargo, la Hermandad de la Santa Caridad logró sobrevivir, reorganizándose en el siglo XX y manteniendo su labor caritativa y religiosa. En 1939, se restableció oficialmente, y desde entonces ha continuado su labor, destacando su participación en la Semana Santa de Córdoba y su compromiso con la beneficencia.

 

Sagrados titulares

Señor de la Caridad. El Cristo de la Caridad es una escultura de finales del siglo XVI o principios del XVII, considerada una de las piezas más antiguas de la parroquia. De tamaño mayor que el natural, destaca por su excelente anatomía y complexión atlética. Originalmente perteneció al Hospital de la Caridad, pero tras su cierre, fue trasladado a la iglesia de San Francisco. La imagen fue donada a la cofradía por Juan Draper en 1614, quien la recibió como pago de una deuda. Aunque se le atribuyó un origen valenciano, documentos indican que Draper probablemente era natural de Córdoba. La talla, de estilo manierista, muestra a Cristo crucificado con un rostro sereno y un cuerpo torsionado, característico del arte del siglo XVI. Ha sido restaurada en varias ocasiones, la última en 2017.

 

 

María Santísima Atribuida inicialmente a José de Mora y posteriormente a Diego de Mora, esta imagen de finales del siglo XVII representa a la Virgen arrodillada, en actitud de oración ante la muerte de su Hijo. Tallada completamente, rompe con el estilo de vírgenes de candelero. Su rostro, de singular belleza, muestra un dolor contenido, con seis lágrimas cayendo de sus ojos. Viste un rostrillo blanco de viuda y un manto azul oscuro con detalles dorados. Acompaña al Señor de la Caridad en la procesión del Jueves Santo. Ha sido restaurada en tres ocasiones, la última en 2001.

 

 

Sede Canónica

La Parroquia de San Francisco y San Eulogio, en Córdoba, tiene una rica historia que se remonta a la fundación del convento de San Pedro el Real por el rey Fernando III en 1246. Originalmente llamada San Pedro, pronto adoptó el nombre de San Francisco, reflejando el reconocimiento popular a los frailes franciscanos. La adición de San Eulogio ocurrió tras la fusión con la parroquia de San Nicolás y San Eulogio de la Ajerquía.

El convento, ubicado en la calle de la Feria, se convirtió en un importante centro social y espiritual, atrayendo a numerosos pobladores gracias a sus servicios de agua, caridad y atención a enfermos. Su prestigio alcanzó su apogeo en los siglos XVII y XVIII, cuando muchas familias nobles eligieron ser enterradas allí.

A pesar de la supresión de monasterios en 1812 y la desamortización de 1836, que resultó en el expolio del convento, la parroquia conserva un valioso patrimonio artístico. Hoy en día, aún se pueden apreciar vestigios del antiguo convento, como dos crujías del claustro y la Puerta del Compás.

 

Página Web

https://hermandaddelacaridad.org/