Historia
Fundada en 1975 en la Iglesia de San Miguel, la Hermandad de la Soledad nació con el propósito de incorporar el sello franciscano a la Semana Santa de Córdoba. Sin embargo, sus primeros años estuvieron marcados por dificultades para establecerse en una sede canónica fija. Tras un breve paso por la Iglesia de Santiago Apóstol, donde realizó su primera Estación de Penitencia en 1978, un incendio en 1979 obligó a la hermandad a trasladarse al Convento de Santa Cruz, desde donde procesionó temporalmente.
En 1991, la hermandad regresó a la restaurada Iglesia de Santiago, consolidando su presencia en la Semana Santa cordobesa. A partir de entonces, inició una etapa de crecimiento, reforzando su obra social y ampliando su número de hermanos. En 1993, estrenó un nuevo paso tallado por Guzmán Bejarano para su imagen titular, la Dolorosa, y en 2004, renovó su estética con piezas diseñadas por Rafael de Rueda y realizadas por los Hermanos Lama.
En 2020, la hermandad decidió trasladar su sede canónica a la Parroquia de Santa María de Guadalupe, en el barrio de Levante, retomando su vinculación franciscana. Aunque la pandemia de Covid-19 impidió un traslado público, la imagen de la Virgen fue recibida con devoción en su nueva sede. Finalmente, en 2022, la hermandad realizó su primera Estación de Penitencia desde Santa María de Guadalupe, acompañada por la Banda de Música de la Estrella de Córdoba, marcando un nuevo capítulo en su historia.
Hoy, la Hermandad de la Soledad es un referente de la Semana Santa cordobesa, destacando por su compromiso social, su rico patrimonio artístico y su profunda devoción mariana
Sagrados Titulares
La imagen de María Santísima en su Soledad, titular de la Hermandad, fue creada en 1975 por el reconocido imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte. Tras el incendio de la Iglesia de Santiago Apóstol en 1980, la talla fue restaurada por el mismo artista, quien decidió mantener un tono de policromía más oscuro, resultado de los daños sufridos.
Esta Dolorosa, de candelero, rompe con el esquema tradicional al representar a una mujer madura de facciones marcadas, con pómulos y barbilla pronunciados. Sus ojos, enrojecidos por el dolor, derraman dos lágrimas que resbalan por sus mejillas, mientras su ceño fruncido y cejas curvadas transmiten un profundo dramatismo.
En procesión, la Virgen aparece sola, sosteniendo con ambas manos la corona de espinas de su Hijo y portando un rosario en su brazo izquierdo. Tras ella, una Cruz vacía del Monte Calvario, de la que cuelga un velo blanco con encajes, simboliza el momento posterior al descendimiento de Cristo.
Procesiona sobre un paso de caoba diseñado por Guzmán Bejarano y estrenado en 1993. En 2005, se incorporaron nuevos candelabros diseñados por Rafael de Rueda, combinando caoba y metal, y en 2006 se completó la iluminación con doce faroles, ocho en la canastilla y cuatro a los pies de la Virgen.
Esta imagen, cargada de emotividad y realismo, es un referente de la Semana Santa cordobesa, destacando por su belleza y su capacidad para transmitir el dolor de una madre ante la pérdida de su Hijo
Sede Canónica
La Iglesia de Santa María de Guadalupe, ubicada en el corazón de Córdoba, es un templo de origen medieval que data del siglo XIII, construido tras la Reconquista cristiana de la ciudad por Fernando III. Su fundación está vinculada a la devoción mariana y al culto a la Virgen de Guadalupe, extendido en España durante la Baja Edad Media.
El edificio, de estilo gótico-mudéjar, ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de los siglos, especialmente durante el Barroco, cuando se añadieron elementos decorativos y se reformaron algunas de sus estructuras. Destacan su portada principal, de líneas sencillas pero elegantes, y su interior, que conserva restos de pinturas murales y retablos de gran valor artístico.