Historia
La Hermandad del Descendimiento de Córdoba tiene sus orígenes a principios del siglo XX, aunque sus antecedentes se remontan a una cofradía penitencial del siglo XVI que desapareció pronto. La hermandad actual se fundó en 1908, aunque su historia está ligada a la Ermita del Santo Cristo, construida en 1760 por el clérigo Salvador Salido y Millán para dar culto al Cristo de las Ánimas. Esta imagen generó gran devoción en el barrio del Campo de la Verdad, pero la cofradía original desapareció en 1890.
En 1903, se organizó una hermandad en torno a una imagen de San José, lo que llevó a la refundación de la cofradía del Cristo de las Ánimas en 1908. La hermandad adquirió relevancia al incorporar en 1915 el paso de misterio del Descendimiento a la procesión oficial del Viernes Santo, adoptando el nombre de "Hermandad de nazarenos del Santo Cristo de las Ánimas, Sagrado Descendimiento de Cristo Nuestro Señor y María Santísima del Rayo". Sin embargo, un incendio en 1915 dañó gravemente la ermita y la imagen del Cristo de las Ánimas, lo que llevó a la desaparición de la cofradía en 1918.
La hermandad fue refundada en 1937 por un grupo de jóvenes en un contexto de fervor religioso durante la Guerra Civil. Bajo el nombre de "Hermandad del Santísimo Cristo del Descendimiento", realizó su primera procesión en 1938. En los años siguientes, la hermandad encargó al escultor Amadeo Ruiz Olmos un nuevo grupo escultórico para el misterio del Descendimiento, aunque las dificultades económicas retrasaron su finalización hasta 1960.
En la década de 1980, la hermandad experimentó un renacimiento con la incorporación de un paso de palio y la adquisición de la imagen de Nuestra Señora del Buen Fin en 1985. Este período también marcó el inicio de una etapa de esplendor, con la celebración del cinquentenario de la hermandad en 1987 y la renovación del misterio en los años 90, con nuevas tallas realizadas por el imaginero Miguel Ángel González Jurado.
En el siglo XXI, la hermandad continuó creciendo, con la construcción de una Casa de Hermandad en 2001 y la restauración de las imágenes. En 2010, se estrenaron nuevas figuras de los Santos Varones realizadas por Alfonso Castellano, y se completó la orfebrería del paso de palio de la Virgen del Buen Fin.
En 2018, la hermandad vivió un relevo generacional con la elección de Manuel Aguilera Villanueva, el hermano mayor más joven en la historia de la cofradía, quien impulsó una nueva etapa de renovación y participación juvenil. La hermandad ha mantenido su compromiso con la religiosidad popular y la conservación de su patrimonio, consolidándose como una de las cofradías más destacadas de la Semana Santa de Córdoba.
Sagrados Titulares
El Santísimo Cristo del Descendimiento es una obra del imaginero valenciano Amadeo Ruiz Olmos, creada en 1938 y restaurada en 1992 por Miguel Ángel González Jurado, quien mejoró su estructura y aplicó una nueva policromía. Representa a Cristo muerto en el momento de ser descendido de la cruz por los Santos Varones (Nicodemo y José de Arimatea). La imagen, de madera maciza, destaca por su anatomía detallada y elegante, con un brazo suspendido y el otro aún clavado en la cruz. La cruz original fue reemplazada en 1944 y nuevamente en 2001 por una de estilo arbóreo.
El Paso de Misterio incluye otras figuras realizadas por González Jurado, como María Santísima del Refugio y San Juan Evangelista (1993), María Magdalena, María de Salomé y María de Cleofás (1997-1999). Los Santos Varones fueron esculpidos por Alfonso Castellano en 2010, completando el misterio. El paso, de estilo barroco, fue diseñado por Antonio Corrales León y tallado en madera de pino y chopo. Originalmente procesionaba sobre ruedas, pero en 1993 se adaptó para ser llevado por costaleros, y en 2001 fue restaurado y redorado por José Carlos Rubio Valverde.
Por otro lado, Nuestra Señora del Buen Fin es una talla de Manuel Hernández León (1979), restaurada en 2009 por Francisco Romero Zafra. La Virgen, con semblante sereno y detalles realistas, procesiona bajo un palio bordado en oro, diseñado por Fray Ricardo de Córdoba e interpretado por Antonio Villar. El palio incluye cartelas pintadas por Manuel Torrico con motivos religiosos y locales. Los respiraderos, de alpaca plateada, fueron creados en 2008, y en 2014 se añadieron candelabros de cola diseñados por Manuel Aguilera Villanueva, completando la orfebrería del paso.
Finalmente, las imágenes de María Santísima del Refugio y San Juan Evangelista, realizadas por González Jurado en 1993, representan a la Virgen desolada al pie de la cruz y a San Juan con un modelado clásico y esbelto. Ambas imágenes son vestidas por Antonio Villar, al igual que el resto del misterio.
Sede Canónica
La Parroquia de San José y Espíritu Santo, en Córdoba, tiene una rica historia que se remonta a 1570, cuando la antigua Ermita de la Visitación de Ntra. Sra. fue convertida en parroquia por el obispo D. Cristóbal Rojas de Sandoval. A lo largo de los siglos, el templo ha experimentado diversas reformas y añadidos, reflejando la evolución de la comunidad y sus necesidades.
En el siglo XVIII, se realizó una importante transformación, incluyendo la instalación del retablo de Teodosio Sánchez Cañada en 1749. Sin embargo, gran parte de esta transformación fue modificada en la segunda mitad del siglo XX.
Con la llegada del párroco D. Pedro Soldado Barrios, se inició una reciente etapa de renovación y mejora del templo y sus dependencias. A partir de 2002, se realizaron trabajos de acondicionamiento del presbiterio, la sacristía y los salones parroquiales. En 2004, se renovaron las dependencias de entrada, incluyendo el despacho, la sacristía y el recibidor, con mejoras en el suelo, la instalación eléctrica, la iluminación y la climatización. También se instaló un nuevo sistema de megafonía y se cerraron varias hornacinas.