Hermandad de Linares

Historia

La Virgen de Linares, conocida como "Conquistadora y Capitana", es una devoción histórica y emblemática de Córdoba, arraigada desde la Reconquista de 1236, cuando el rey Fernando III el Santo y sus tropas la veneraron como protectora. Cada año, en mayo, esta tradición cobra vida con la Romería de Linares, una de las celebraciones más esperadas de la ciudad.

La hermandad parte desde Córdoba hacia el Santuario de la Virgen de Linares, ubicado en las estribaciones de Sierra Morena, a pocos kilómetros de la capital. El cortejo lo forman caballistascarrozas engalanadas y romeros vestidos con trajes típicos, que recorren las principales calles de Córdoba en un ambiente festivo lleno de cantos rocieros y bailes de sevillanas. Al llegar al santuario, los peregrinos reciben la bendición de la Virgen y se premia a las carrozas más espectaculares.

Este día, marcado por la convivencia y la alegría, reúne a familias y amigos en los alrededores del santuario para compartir comidas, tradiciones y devoción. La Romería de Linares no solo honra a la patrona, sino que también revive el legado histórico de Córdoba, fusionando fe, cultura y patrimonio en una celebración única.

 

Sagrados Titulares

 

 

 

Sede Canónica

El Santuario de Nuestra Señora de Linares, situado al norte de Córdoba en las estribaciones de Sierra Morena, es un símbolo histórico y religioso ligado a la conquista cristiana de la ciudad por Fernando III el Santo en 1236. Erigido sobre una torre vigía islámica del siglo IX —reconvertida en presbiterio—, es el santuario extramuros más antiguo de la provincia. Este complejo arquitectónico fusiona estilos hispanomusulmán, gótico y neoclásico, destacando por su torre original de mampostería, el templo de cruz latina con capillas decoradas con pinturas del siglo XVII (como obras de Antonio del Castillo y Juan de Alfaro), y un templete neoclásico que alberga la imagen de la Virgen de Linares.

La estructura, ampliada con una hospedería y dependencias auxiliares, conserva elementos únicos como la sacristía con un exvoto de 1717 y una fachada de aire rural andaluz del siglo XIX, coronada por una espadaña de 1862. Aunque su exterior evoca un caserío tradicional, el interior revela su riqueza histórica: bóvedas de cañón, arcos apuntados y un ábside semicircular iluminado por ventanas góticas.

Declarado Bien de Interés Cultural, el santuario no solo es un lugar de peregrinación, sino un testimonio de la convivencia cultural y religiosa de Córdoba, atrayendo a devotos y amantes del patrimonio por su arte, historia y devoción mariana centenaria.